MORABITO – COVA DE LES MARAVELLES

Saliendo desde Gandía en dirección a Barx, pasado el km. 5 y en la zona de Marxuquera, existe el desvío que nos lleva a la Ermita de Marxuquera y al “Convent de Sant Jeroni”. Tomando la dirección del camino “Carril Convent”, a unos 250 metros, en la parte izquierda, está el camino de la “cova Negra – Maravelles”.

Se llega a un punto (250 m. del desvío) en el que existe una granja y una zona de naranjos entre los que encontramos el Morabito.

Se cree, no sin fundamento, que se trata de una especie de eremitorio, un lugar de penitencia y oración que servía de albergue y de retiro a un iluminado musulmán, un santón, venerado por las gentes (costumbre muy frecuente en Marruecos y en todo el norte de Africa). Exactamente igual que nuestros eremitas cristianos.

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Está en tramite de declaración monumental, a fin de proteger y restaurar la singular construcción, últimamente destinada a establo .

Se trata de un edificio de planta circular, de unos siete metros de diámetro, paredes de canto rodado grueso, muy típico de las obras árabes, con una bóveda de mampostería, coronada por una linterna (posiblemente posterior) y una sola puerta cuyo dintel es un arco carpanel rebajado; varias ventanas de tipo de aspillera, y una grande. Su altura, de seis metros, dividida en dos plantas.

Un segundo cuerpo de edificio rodea a modo de corona circular al primero, si bien solo quedan las paredes, por haber desaparecido la techumbre.

Próxima se encuentra la boca de cisterna, probablemente de la época, y que ha servido de uso hasta nuestros días.

Saliendo por la vaguada que está a continuación del Morabito, subiendo por la montaña durante unos 15 minutos encontramos la cova de les Maravelles.

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Lo primero que llamará la atención es el maravilloso paisaje del valle y montañas colindantes que observamos desde la entrada de la cueva.

Está situada en la sierra Falconera; dicho conjunto es uno de los más notablemente conocidos, y que a pesar de los desmanes con algunas sedimentaciones, los materiales arqueológicos y las secuencias estratigráficas proporcionadas son decisivas para el conocimiento del paleolítico superior en la península Ibérica y, en general, en el mediterráneo oriental.

Es una cavidad que contuvo un extraordinario yacimiento arqueológico, aunque por desgracia, corrió la misma suerte que el de otras cuevas de la zona, sabiéndose con seguridad que sus tierras fueron trasladadas con medios mecánicos a ciertos campos del llano con la finalidad de fertilizarlos.

Fue prospectada ya en 1868 por Juan Vilanova y, en 1918 visitada por H. Breuil, hasta que en 1953 el Servicio de Investigación Prehistórica realizó una excavación bajo la dirección de E. Plá Ballester.

Fletcher Valls adelantó un esbozo de la secuencia estratigráfica, señalando una capa superficial de cerámica cardial, un fragmento de campaniforme y sílex de aspecto neolítico; inmediatamente debajo y sin solución de continuidad el Parpellense con útiles Epigravetienses; a continuación el Solugravetiense en la capa segunda; Solutrense en la tercera y Gravetiense en las capas cuarta a séptima.

Posteriormente J Fortea la incluyó e su estudio general, estudiando las capas primera y segunda aunque, por desgracia, viendo la imposibilidad de diferenciar materiales exclusivamente Epigravetienses en otros contextos.

La cueva sufrió numerosas visitas que la fueron degradando y actualmente es un lugar con historia y muy visitado por aquellas personas son del lugar y quieren ver algo realmente bonito.

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Podemos finalizar la excursión en uno de los numerosos restaurantes y bares de la zona donde degustaremos los platos típicos del valle.

Mapa ruta